Michel Maffesoli se especializó en Ciencias Humanas, además
de doctorarse también en Sociología. Se dedicó a ser profesor y fundó el Centro
de Estudios sobre lo Actual y Cotidiano. Actualmente, es director de la revista
Societés, vicepresidente del Instituto Internacional de Sociología y secretario
general del Centro de Investigación sobre el Imaginario. Destacan varias obras
así como; 1978: La violencia fundante.
Coautoría con A. Pessin y 1988: El tiempo
de las tribus. Icaria, Barcelona, 1990, la cual expondremos a continuación.
Ibáñez demuestra que “individuo” y “sociedad” son conceptos
modernos. En cambio, para Maffesoli estos conceptos ocultan la verdadera
naturaleza tanto de lo personal como de lo social. El individuo y la sociedad,
se oponen a tribus y masas.
El sistema social parte del dilema ante la sociación
weberiana, ya que todo lo que se refiere a la sociedad es racional. Weber dice
que toda sociación puede provocar valores sentimentales aunque no pueden
explicarse por el racionalismo. Las sociaciones están sostenidas por el
carácter comunitario.
La diferencia entre autonomía y alonomía, se establece entre
los períodos racionales y los períodos empáticos, a los que el autor denomina
neotribalismo. La alonomía podrá definirse como la relación de la identidad
individual, por lo que el individuo es difundido por lo social.
La proxemia significa compartir un mismo territorio, la cual se encarga de hacer destacar la alonomía del sujeto. El neotribalismo
es estructural al postmodernismo y es comprobado en múltiples fenómenos. Lo que
lleva a la revolución entre los individuos es la fusión comunitaria, es decir,
la disolución de grupos a través de las redes sociables. La comunidad está dominada por el orden
pasional.
La sociedad tiende a formar pequeños grupos en los que se
consuelan unos con otros. El pequeño grupo ha establecido la conexión con el
universo mediante los microgrupos, los cuales realizan el proceso de producción
rápidamente. El conjunto de estos constituyen una red y se denominan como
“sectas”, cuya estructura es el orden pasional. Maffesoli denomina a las
organizaciones las cuales se disuelven, como reforma sociológica. La tribu es
un reagrupamiento, que cuando está en estado puro significa que los miembros
están juntos sin ninguna ocupación.
La difusión de las ideologías ha llegado a compararse con la
tendencia en adoptar las emociones de otras personas. La religión es
fundamental para ligar la sociedad. La religación requiere la comunión, la cual
para Maffesoli consiste en mantener el sentimiento de cuerpo. El poder,
consiste en gestionar la sociedad, mientras que la potencia subterránea,
consiste en ser responsables para sobrevivir. Para Mafessoli existe un mundo
sumergido, el cual es el inconsciente de la sociedad. Este autor defiende el
solidarismo popular.
Este mundo en el que convivimos con otras personas, se ve
sumergido desde distintos ámbitos. El ámbito con más repercusión, es
indudablemente, el ámbito político. Nuestra sociedad y sobretodo la autoridad
del país, debe ser solidaria y pensar, no solo en nosotros mismos, sino también
en el resto de la sociedad, que posiblemente pueden estar atravesando
situaciones muy complicadas en la vida. Por lo tanto, toda la población debe
formar parte del solidarismo popular.
